martes, 10 de diciembre de 2013

INTERSTELLAR SOUL Capítulo 2.

Pasó una semana más y Keir ya estaba harto de seguir en el hospital, sobre todo después de que lo amarraran a la cama el 5° día.

|Flashback|

-Sólo quería salir del cuarto para variar- Keir en ese momento trataba de darse a explicar, mientras lo sujetaban dos enfermeros a la cama.

-Que no ves que todavía no te recuperas bien por esforzarte tanto los días anteriores y da gracias de que no fue muy grave lo que te pasó- le dijo enojada la enfermera mientras lo amarraban de los brazos.

-Pero ya no me duele nada. –explicó Keir desesperado, pero ya sujeto a la cama.

-Eso no importa.

|fin del flashback|

El recordarlo le molesto, en ese momento no le quedó de otra más que hacerlo, por lo que no había usado sus poderes para no causar más problemas. Pero al menos todo eso había terminado y por fin lo habían dado de alta. Se terminó de vestir con ropa que le había mandado Wynn, era muy formal y no le agradaba. Buscó sus zapatos que estaban dentro del buró, y encontró ahí también su mochila. No había pensado en ella en ningún momento.

Rápidamente la sacó de aquel lugar y la vació sobre la cama, de ahí salió sólo una foto y el par de kunai que tenía desde pequeño. Todos los documentos que había ya no estaban.

Extrañado tomó una kunai y con ello observó al tigre grabado en la base de la hoja, se le hacía raro que hubieran apareció en el incidente en aquella madrugada. Guardo las dos kunai con cuidado en un compartimiento que tenía dentro de la mochila. Después tomó la foto donde estaba él cuando era pequeño, su abuelo y Misuho, una joven japonesa de cabellos castaños y ojos verdes; suspiró todavía no sabía que pensar de ella.

Tocaron a la puerta y con premura metió la foto a la mochila, se secó las lágrimas que tenía en la cara e hizo una pausa. -Adelante- contestó débilmente.

Era la enfermera -Ya estás listo, el señor Wynn ya firmó tu salida ayer que vino mientras dormías- dijo y caminó hacía donde estaba Keir –te quedó bien la ropa que te dio. Qué bueno que alguien se preocupe por ti, aunque sea un extraño- comentó.

En aquel momento ya sabían que su abuelo estaba muerto. Ya que en el tercer día se lo informó a la enfermera. Después de que la convenció de ir a la planta baja, en el cuarto día la enfermera lo acompañó a la morgue. Ahí se encontró con su abuelo, estaba como dormido, en un sueño del que nunca despertaría.

Según se dictaminó en el informe de muerte, le dispararon con alevosía ya cuando iba en las afueras de la cuidad. Vivió lo suficiente para llegar al hospital pero no dio mayor información. Por supuesto le preguntaron a Keir si sabía las razones del por qué habían ultimado así a su abuelo... él trató de explicar lo mejor que pudo lo que sabía: que su abuelo se había ido a Oslo y que él tenía que alcanzarlo allá.

Hubiera seguido el interrogatorio, pero la enfermera intervino al ver que Keir se debilitaba. Finalmente se determinó la causa de muerte por un ajuste de cuentas y que Keir no tuvo nada que ver en eso.

-Bueno Keir fue divertido cuidarte, pero espero que tú te cuides más- comentó la enfermera mientras cambiaba las sabanas de la cama.

Keir asintió en silencio, se puso los zapatos, tomó la mochila, la cerró y se dirigió hacia fuera.

- Espera! Esto no es tuyo? - agregó la enfermera y le paso la tarjeta que le había dado Wynn.
Keir la tomó y comprendió que al menos debía ser cortes. - Gracias por todo- mencionó a la enfermera y salió de la habitación.

Al regresar a su casa en Bergen, la observó melancólico, evocando en su mente el recuerdo de las personas a las que había perdido; cuando entró y prendió la luz vio en la mesita de la sala la nota que le había dejado su abuelo aquella noche, se acercó, la tomó y la volvió a leer –…Cuídate mucho- terminó de leer en voz alta, sus lágrimas se agolparon en sus ojos, arrugó la nota y la aventó enojado, -Por qué nunca me dijo nada?- en aquel momento aventó su mochila al sillón individual y se recostó en el sillón más grande –Él sabía que podía morir y aun así no me dijo nada- cerró los ojos, tenía ganas de gritar, de… – y ella también sabia- agregó y de momento recordó algo más. –Las kunai... - se levantó y corrió a su cuarto.

Al llegar vio sobre la cama la caja donde generalmente estaban guardadas las kunai, se acercó a ver si encontraba alguna pista, pero no había nada más. Recogió la caja y se sentó desanimado en la cama. No sabía que pensar de Misuho, estaba confundido, pero al menos sabía que en el fondo no podía odiarla y eso de alguna manera le hacía enojar más. Cerró su puño –Sea quien sea, encontraré al culpable -sentenció. En ese momento se levantó decidido y salió del cuarto, atrajo su mochila a su mano y comenzó a empacar algunas cosas, y tras mucho pensar dejó en el sillón el juego de kunai. 

Decidió ir a Inglaterra, tal como le había indicado su abuelo en la nota, no sin antes ir al despacho, donde sacó la agenda de su abuelo y la guardó en su mochila.

En el aeropuerto reviso la agenda, ahí había un señor llamado John Gowd que vivía en Inglaterra, pero no encontró a nadie más ahí... de todos modos siguió con su plan de ir ante la posibilidad de encontrar algo más.

Para su pesar en Inglaterra no encontró a nadie. Aun así siguió en su búsqueda, intentó localizar a las personas que se encontraba anotado el número de teléfono y se dispuso a ir a los lugares donde se encontraba anotada la dirección.

Unos le decían que sólo eran conocidos, que no sabían mucho lo que había pasado; otros mencionaban que sólo tenían negocios con su abuelo y nada más, por lo que después de lamentarle la muerte de su abuelo y prometer que los negocios seguirían en pie, le disculpaban por no poder informar más. Sólo había una relación en todo, las empresas y organizaciones estaban ligadas en cierto modo al ámbito de seguridad o protección de personas y esa era su única pista que tenía.... A la vez meditó con frustración cómo era que hasta ese momento se había enterado de todo eso?... Cuántas cosas más habrá ocultado su abuelo?

Al llegar a la letra “S” de la agenda vio el nombre de Stavros Wynn, sacó la tarjeta que éste le había dado, ahí el teléfono que tenía apuntado era diferente al de la agenda.

Este señor era muy raro y no le agradaba en nada a Keir, pero tal vez sabría informado sobre quien había matado a su abuelo, así que sin meditar más Keir marcó el teléfono.

Quien contesto era un señor mayor –Tardaste en llamar Keir. –dijo de inmediato.

Keir se sorprendió -Como sabe que soy yo?

-Eres al único que le he dado este teléfono. –explicó Wynn con indiferencia.

-Mmmm, usted dijo que conocía a mi abuelo, no? –comenzó Keir.

-Si así es, de hecho éramos amigos muy cercanos.

-Quisiera poder hablar con usted de frente, cuando lo puedo ver?

-Te esperaría en el aeropuerto de Oslo, el próximo miércoles.

-En el aeropuerto? –preguntó Keir con extrañeza.

-Sí, tengo que salir de viaje y pasaré primero a Oslo.

-Ahm, si no puede ahora lo puedo ver en otra fecha en que esté disponible, ya cuando usted tenga tiempo. –comentó el chico.

-Créeme te interesara el lugar a donde voy, puede que te ayude a encontrar el camino que buscas, pero tendrás que venir. Lo dejó a tu decisión.

Keir meditó eso y concluyó.-Muy bien a qué hora lo veo.

-A las doce del día.

-Bien.-dijo y terminó la llamada.

Después de aquello Keir se quedó pensando sobre si lo que había hecho era lo correcto, cada vez le inquietaba más ese señor, mientras pensaba terminó de hojear la agenda, ahí reconoció algunos nombres que hacía mucho había escuchado, entre ellos Thoms, Vine, Woodward, Yule. Al terminar de leer la agenda la guardó en su mochila y tomó el primer vuelo a Bergen, para pasar a su casa, descansar un poco y de ahí ir a Oslo.

Faltaba un día para que el abuelo de Keir cumpliera un mes de muerto, Keir ese día estaba esperando con impaciencia a Wynn en el sitio en el que habían quedado. Traía su mochila y dentro las kunai que había ido a recoger a Bergen, de alguna manera eso le hizo sentir más seguro.

De lejos se observó a Wynn junto con dos guardaespaldas, Keir se esperó, ya que seguía dándole mala espina ese señor. Éste por su parte buscó a Keir entre la gente, cuando uno de los guardaespaldas lo reconoció y le aviso a Wynn, por lo que pronto se acercaron al chico –Que bueno que estés bien- le saludó extendiéndole la mano y Keir correspondió el saludo. –Es bueno que seas tan puntual.- comentó Wynn.

- Sabe que no vengo a socializar, mejor dígame si sabe quién mató a mi abuelo? dijo Keir sin titubeo.

-Trataré de contestarte tus preguntas, pero es momento que nos vallamos. - respondió Wynn.

Keir lo miró dubitativo -a dónde?- preguntó.

-A Austria- contestó Wynn con un dejo de indiferencia y comenzó a caminar. Keir lo siguió aun inquieto. – y espero que no traigas nada que nos pueda causar problemas?- añadió Wynn un poco en tono de burla.

-No realmente, sólo dos armas ninja, sólo eso- contestó Keir, minimizando la importancia de traer armas en un sitio donde los detendrían por eso.

-Valla! Qué bueno que pregunte, Burhan encargarte- dijo Wynn con tranquilidad, después de decir esto uno de los guardaespaldas asintió y se adelantó –Nos iremos en avión privado, sólo se harán algunos papeleos, pero será rápido, así que no te preocupes.- le comentó como si nada.

-Eso no me preocupa, mejor respóndame, por qué mintió a los del hospital, si sabe bien que murieron tres personas donde me encontró? –siguió Keir, tratando de encontrar una respuesta a sus dudas.

A Wynn le causó risa la pregunta -Nada te distrae, verdad?

-Contésteme- insistió Keir tratando de mantenerse a su lado mientras caminaban.

Wynn lo miró de reojo –Te lo dije, sé bien que tu abuelo no hubiera querido que te presionara la policía con esas cosas, por eso lo hice- comentó mientras seguía caminando.

-Y a usted que le interesa lo que pudo a ver querido mi abuelo, que se trae usted entre manos? Y por qué no estaban mis documentos en mi mochila?- al decir esto Keir casi chocó con otra persona que caminaba en dirección contraria, pero alcanzó a retomar el paso.

-Que no estaban a dentro?- preguntó Wynn con desinterés.

-No- aclaró Keir.

-Qué extraño? Se los habrán robado…

Keir lo miró con exasperación -que estupidez- murmuró.

Wynn sonrió al ver a Keir, aunque éste último se percató de aquello. En aquel momento pasaron a una sala continua para tomar el avión y pronto se encontraron dentro del mismo, Keir trató nuevamente de quedarse en tierra con alguna de sus preguntas, pero sin logro alguno por lo que al poco rato el avión emprendió el vuelo.

Keir miró fijamente por la ventanilla, estaba pensativo y resignado. Nunca había ido a Austria y eso de alguna forma lo preocupaba, pero sabía que debía de mantenerse tranquilo; de algún modo lo logró hasta que Wynn se sentó junto. Keir suspiró al mirar a aquel señor y decidió insistir. - Ahora si me puede decir para que me quiere llevar a Austria? –preguntó.

Wynn no le dio importancia -Ah, sí claro, ahí soy parte se una organización dedicada a la investigación.

-Y eso que tiene que ver conmigo o mi abuelo?- pregunto Keir confundido.

-Nada- dijo Wynn en tono cortante.

-Entonces para que me lleva ahí? - preguntó Keir, empezaba a alzar la voz. -sólo me está haciendo perder mi tiempo - reclamó.

Cálmate, te traje por qué buscas quien mato a tu abuelo no es así?

-Sí y…

-Tengo la teoría de quien pudo hacerlo.- le respondió Wynn y desvió la mirada hacia otro lado.

-La teoría?- preguntó Keir sin entender.

-Sí, tu abuelo y yo al principio trabajábamos juntos y de nuestro trabajo ocasionó que muchos nos detestaran, después tu abuelo se salió de donde estábamos.- explicó Wynn sin profundizar realmente mucho en lo que decía.

- Y a que se dedicaban cuando trabajaban juntos?- preguntó Keir tratando de entender.

-Eso no te lo diré.-

Keir se molestó -Porque?- preguntó indignado.

-Yo también tengo enemigos como para estar divulgando lo que hago o hacía, no lo crees?-

Enojado ante la respuesta Keir volteó a ver por la ventanilla, cada vez detestaba más a aquel sujeto y se arrepentía de haberlo seguido; además no podía ignorar que por alguna extraña razón se sentía débil. Trató de calmarse, recordó a Misuho pero sintió hacia ella un enojo incontrolable, no lo comprendía, por qué ese sentimiento se presentaba ahora y con esa intensidad? Miró el dije de su pulsera, el cual brillo levemente por el reflejo de la luz, algo que le fue tranquilizando. Wynn lo miró con interés

–Y esa pequeña piedra? Es muy peculiar- comentó.

-Fue un regalo- contestó Keir con un dejo de molestia.

-De quién?

-De mi abuelo- Keir mintió, decisión desviar el tema. –Y tan siquiera me va a decir para me trajo, si no va a decirme nada de lo que hacía usted y mi abuelo cuando trabajaban juntos?

-Sólo quiero ayudarte a encontrar al culpable.

-Ah sí? y por qué? Usted que gana?

-Tu abuelo era un gran amigo, por eso- dijo Wynn, con sus típicas respuestas cortantes.

Keir trató de estar calmado. -Y cómo es que piensa ayudarme?

-Enseñándote a pelear.

Keir se extrañó con esa respuesta… -Yo ya sé pelear, gracias.- dijo con seguridad.

-Ah sí?- Wynn lo miró con diversión -Quiero que me lo demuestres cuando lleguemos.

-Y si no lo hago?

-Bueno, entonces no te ayudare.

-Me parece, entonces me regresare a Noruega en cuando lleguemos.- dijo Keir molesto y volteó otra vez a la ventanilla.

Wynn lo miró con tranquilidad. –Pero antes quiero que entiendas que si me sigues conocerás más sobre lo que hacia tu abuelo, incluso es probable que sepas quien lo mato y para eso necesitas de mi ayuda.

Keir no contestó de inmediato, no podía decir que no, quería saber más, quería saber la razón del por qué mataron a su abuelo; pero a la vez no quería quedarse más tiempo del necesario con aquel hombre. Decidió guardar silencio en lo que arribaban al destino que tenían.

Finalmente llegaron a Austria, indicio de eso era que los Alpes se observaban a lo lejos si se miraba por las ventanillas. Keir no rompió el silencio, y en parte era porque le servía para quitarse la sensación del enojo, la cual no sabía de dónde provenía. Esa sensación llegaba de repente, principalmente cuando se sentía confundido y cuando se dejaba llevar por esa sensación, ésta lo consumía por dentro.

Una vez que bajaron del avión llevaron a Keir a una casa grande, ahí le dijeron que debía esperar a Wynn y descansar. Pero Keir no quería hacer eso, de tal manera que se escapó de la casa, pese a que lo vigilaban en todo lo que hacía.

Una vez afuera, Keir se distrajo, compró una rebanada pastel de vainilla y se la comió.

Fue tarde para cuando regresó a la casa, pero aquella salida le sirvió, se sentía mejor. Al entrar a la casa le avisaron que Wynn lo esperaba en su despacho y que debía de ir a hablar con él. Pero Keir no fue y pasó directo a su cuarto, se sentía cansado como para discutir otra vez y sentir ese enojo que había percibido durante el viaje.

Una vez dormido, Keir soñó a un viejo conocido, un tigre blanco, el cual siempre se encontraba viviendo en lo que parecía un bosque nevado, ese sueño era casi siempre similar desde que era un niño de ocho años…. Ahí veía todo desde primera persona, como si todo fuese real.

Llevo rato caminando al lado del Kohaku, por un sendero bastante largo, mi mirada se distrae en el pelaje blanco de mi compañero de viaje, y luego mi atención se centra en otros elementos.

Esta vez no había viento que perturbara el sitio y solo los ruidos de nuestras pisadas en la nieve lograban sobresalir de la tranquilidad del lugar; por otro lado tampoco había mucha luz, la luna que era la única que alumbraba el cielo, se encontraba menguando y ya casi desaparecía; asimismo, en el sendero se notaba que los árboles se hacían más cada vez más tupidos. De alguna manera todas estas características atenuaban la sensación de soledad… Busqué con la mirada algo o alguien más que mi compañero felino, pero como siempre parecía que nadie más vivía en este lugar.

Caminamos bastante y sin embargo pareciera que no llegamos a algún lugar, o que siquiera nos hubiéramos movido; sólo una cosa sabia, no me tenía que separar de Kohaku si no era seguro que me perdería entre los caminos que se bifurcaban frente a nosotros…

Keir despertó, tocaban a la puerta, de alguna manera no estaba acostumbrado a eso…

-Quien?- preguntó semidormido.

Detrás de la puerta la voz de Wynn se escuchó –Puedo hablar contigo?-

Keir se talló los ojos y bostezó -No se puede mañana?- preguntó con desgana.

-No, no se puede

Keir suspiró y se levantó de la cama, abrió la puerta, y miró a Wynn, se talló la cara para despertar un poco mejor. –Que es lo que quiere?

-Indicarte que prepare para mañana una sesión de entrenamiento para mirar como peleas.-le informó el hombre, parecía mucho más serio que de costumbre.

-Y para eso me despertó? sabe que yo nunca acepte a eso.- se quejó Keir ya fastidiado con la insistencia del tema.

-Lo sé, pero necesito que entiendas, yo no quiero que mueras mientras buscas a tu abuelo y para eso necesitó estar tranquilo, saber que te defiendes e incluso si se puede, enseñarte más cosas.

Keir lo miró con frialdad. -No se preocupe, me sé defender, no lo necesito a usted- bostezó con descaro, cerró la puerta sin miramientos y regreso a acostarse.-*Que le pasa?*- Keir pensó antes de volver a quedarse dormido.

Al otro día, el tema siguió, algo que no animó al chico; le mencionaron que debía de hablar con Wynn, ya que aparentemente él había encontrado una pista sobre el asesino de su abuelo. De alguna manera Keir analizó aquello, sintió leve desconfianza, empero a ello su juicio se nubló y decidió ir.

Keir se dirigió al despacho donde Wynnn lo esperaría, una vez frente a la puerta tocó a la puerta y al momento que le permitieron entrar, lo hizo. Aquel sitio era un poco pequeño a primera instancia, debido a los libreros que se encontraban en el sitio. Pronto su mirada se centró en el escritorio, el cual se encontraba frente a la ventana por la cual entraban los rayos de luz del sol; entre la ventana y el escritorio se encontraba Wynn sentado, dándole la espalda a Keir. Comenzó a hablar.

-He descubierto a la persona que aviso donde estaban tú y tu abuelo.- mencionó pero sin voltear.

-Y dónde está?- preguntó Keir con cierto recelo.

-No te lo diré tan fácil.

-A caso sólo está jugando conmigo!!!- gritó Keir enfurecido, estaba harto de tanta tontería.
Wynn giró en su asiento con calma, una vez que tuvo de frente a Keir continuó hablando.

No pienso decirte algo tan delicado, no sí sé que morirás en cualquier momento o acaso quieres eso?- preguntó, de algún modo notó preocupación.

Keir lo miró con exasperación. –No me interesa lo que usted quiera o piense, que no lo ha entendido- explicó enojado.

-Ah no? Valla, que decepción, en verdad creí que eras más inteligente- mencionó, se levantó y justo en ese momento sacó una pistola, la apuntó contra Keir, el cual se puso al instante a la defensiva; Wynn se le mostraba seguro, era un hecho que no dudaría en atacar. –Sabes bien que no tienes mucho espacio para moverte para poder evitar cualquier disparo, y aun cuando así lo hicieras te daría en el siguiente disparo, qué harás?- preguntó, el tono de su voz era amenazante.

-Nada- contestó Keir con frialdad, sin ningún miramiento le dio la espalda a Wynn y caminó en dirección a la puerta; no obstante se detuvo ya que al llegar a la puerta, justo cuando ya la iba a abrir se escuchó el sonido de cuando se retira el seguro una pistola.

Keir comprendió que no podría salir de aquel sitio sin plantear alguna forma de defenderse, suspiró con enojo y volteó; justo en ese momento Wynn disparó, pero la bala, pese a su gran velocidad, se detuvo frente a Keir y cayó inerte. El chico se mostró furioso.

 -YA VIO LO QUE QUERÍA, NO?- le gritó a Wynn y antes de verse en un peligro mayor salió del despacho azotando la puerta, una vez ahí, decidió dirigirse a su cuarto, ahí recogió su mochila y finalmente con rapidez se encaminó hacia la salida. Pensó que le sería más complicado retirarse, pero no fue así, nadie lo esperaba o lo atacó, al menos hasta que salió de la casa.

Ahí Wynn lo esperaba, se le veía bastante tranquilo.

-Y ahora que quiere?– preguntó Keir al verlo, aunque avanzó un par de paso.

-Sólo decirte que con razón tu abuelo te protegía tanto- comentó Wynn.

A Keir le dio risa el comentario –Si se refiere a lo que acaba de ver, él ni siquiera sabía que soy telequinetico.

Wynn negó, aparentemente divertido -No lo digo por eso, sino por tu carácter.

-Mire… ya no me interesa nada sobre usted, entiéndalo ya.- al decir esto Keir cruzó al lado de Wynn. Su interlocutor le siguió con la mirada, aun se le veía sereno para cuando volvió a hablar.

-La persona que dio aviso sobre la localización de tu abuelo y tú, se había encontrado previamente en Suecia con Tavish. –comentó sin mucha importancia.

Keir se detuvo… dudo pero al final volteó a ver a Wynn –Usted de donde conoce a Tavish? –preguntó. Su interlocutor sonrió satisfecho.

-Por lógica investigue sobre los cuerpos de las personas que habías matado y encontré información sobre él, por eso- explicó mientras caminaba en dirección a Keir, el cual meditó su siguiente pregunta.

-Y que sabe sobre aquel hombre que se encontró con Tavish?

Wynn se detuvo frente a Keir -Según veo vivía en Noruega, y solía usar muchos sobrenombres, por lo que tengo que seguir investigando para confirmarlo.

-Él vivía en Noruega?- murmuró Keir pensativo, miró hacia el suelo.

-Ahora comprendes porque me preocupa que te maten- añadió Wynn.

Keir salió de sus pensamiento, alzó la cara sonrió ligeramente. –Bueno ya vio que no tiene por qué preocuparse.- comentó con seguridad.

-Donde aprendiste a controlar así la telequinesis- preguntó Wynn con interés.

-Sólo lo hice y punto- contestó Keir sin ahondar más, no iba a hablar sobre eso y menos a un sujeto como Wynn. No obstante debía de reconocer que sus habilidades iban cambiando para mejor, ya que antes de lo que había pasado en el incidente, no podía detener o mover algo, sin el movimiento de sus manos.

Wynn le sonrió.

-Quisieras trabajar para mí?- comentó. Aunque no se inmutó cuando miró que Keir correspondía con una sonrisa irónica,

-No lo creo- le mencionó.

-No sería como un empleado, ni un guardaespaldas. Sé de buena fuente que eres buen hacker, así que solo requiero que enteres en la base de datos de algunas empresas a las que yo te indique entrar; estoy seguro que ambos saldremos beneficiados, yo podre estar al tanto de cualquier cambio que se presente, y tú podrás conocer más del ambiente en el que yo y tu abuelo nos hemos desenvuelto; por lo que incluso podrías tener más pistas que nos permitan dar con el culpable que mató a tu abuelo.

Keir lo miró un instante, analizando aquello.

-No pienso quedarme aquí, regresaré a Noruega- mencionó sin emitir ninguna afirmación o negación.

-No lo tienes que hacer, puedes trabajar en donde gustes.

-Y pretende que sólo investigue? -Preguntó Keir para conocer un poco más de los propósitos de Wynn.

-Claro que no, también una vez que te infiltres deberás mandarme los archivos de importancia que encuentres.-explicó Wynn como si aquello fuera natural.

-Eso es ilegal, no lo cree?

-Si pero lo que hacen estas personas tampoco es algo bueno.

-Y usted si?

-Nunca he dicho que yo sea alguien bueno, pero de algún modo así pagaran los que hacen cosas malas- comentó Wynn, como si le hablara a un niño.

Keir se rio –No soy tonto como para caer en esas patrañas… en verdad no creo que mi abuelo allá durado mucho trabajando con usted.

-En eso tienes razón.

-Entonces que le hace creer que lo ayudare?

 -El hecho de que te puedo ayudar a atrapar al culpable de la muerte de tu abuelo, que podrás conocer mucho de lo que se dedicaba John y además estabilidad económica.


-No me preocupa el dinero, pero lo ayudare con las condiciones que dijo. Me voy, me mantendré en contacto- después de decir eso Keir siguió su camino sin esperar más respuesta de Wynn, era momento de regresar al menos a Noruega.Pasó una semana más y Keir ya estaba harto de seguir en el hospital, sobre todo después de que lo amarraran a la cama el 5° día.

|Flashback|

-Sólo quería salir del cuarto para variar- Keir en ese momento trataba de darse a explicar, mientras lo sujetaban dos enfermeros a la cama.

-Que no ves que todavía no te recuperas bien por esforzarte tanto los días anteriores y da gracias de que no fue muy grave lo que te pasó- le dijo enojada la enfermera mientras lo amarraban de los brazos.

-Pero ya no me duele nada. –explicó Keir desesperado, pero ya sujeto a la cama.

-Eso no importa.

|fin del flashback|

El recordarlo le molesto, en ese momento no le quedó de otra más que hacerlo, por lo que no había usado sus poderes para no causar más problemas. Pero al menos todo eso había terminado y por fin lo habían dado de alta. Se terminó de vestir con ropa que le había mandado Wynn, era muy formal y no le agradaba. Buscó sus zapatos que estaban dentro del buró, y encontró ahí también su mochila. No había pensado en ella en ningún momento.

Rápidamente la sacó de aquel lugar y la vació sobre la cama, de ahí salió sólo una foto y el par de kunai que tenía desde pequeño. Todos los documentos que había ya no estaban.

Extrañado tomó una kunai y con ello observó al tigre grabado en la base de la hoja, se le hacía raro que hubieran apareció en el incidente en aquella madrugada. Guardo las dos kunai con cuidado en un compartimiento que tenía dentro de la mochila. Después tomó la foto donde estaba él cuando era pequeño, su abuelo y Misuho, una joven japonesa de cabellos castaños y ojos verdes; suspiró todavía no sabía que pensar de ella.

Tocaron a la puerta y con premura metió la foto a la mochila, se secó las lágrimas que tenía en la cara e hizo una pausa. -Adelante- contestó débilmente.

Era la enfermera -Ya estás listo, el señor Wynn ya firmó tu salida ayer que vino mientras dormías- dijo y caminó hacía donde estaba Keir –te quedó bien la ropa que te dio. Qué bueno que alguien se preocupe por ti, aunque sea un extraño- comentó.

En aquel momento ya sabían que su abuelo estaba muerto. Ya que en el tercer día se lo informó a la enfermera. Después de que la convenció de ir a la planta baja, en el cuarto día la enfermera lo acompañó a la morgue. Ahí se encontró con su abuelo, estaba como dormido, en un sueño del que nunca despertaría.

Según se dictaminó en el informe de muerte, le dispararon con alevosía ya cuando iba en las afueras de la cuidad. Vivió lo suficiente para llegar al hospital pero no dio mayor información. Por supuesto le preguntaron a Keir si sabía las razones del por qué habían ultimado así a su abuelo... él trató de explicar lo mejor que pudo lo que sabía: que su abuelo se había ido a Oslo y que él tenía que alcanzarlo allá.

Hubiera seguido el interrogatorio, pero la enfermera intervino al ver que Keir se debilitaba. Finalmente se determinó la causa de muerte por un ajuste de cuentas y que Keir no tuvo nada que ver en eso.

-Bueno Keir fue divertido cuidarte, pero espero que tú te cuides más- comentó la enfermera mientras cambiaba las sabanas de la cama.

Keir asintió en silencio, se puso los zapatos, tomó la mochila, la cerró y se dirigió hacia fuera.

- Espera! Esto no es tuyo? - agregó la enfermera y le paso la tarjeta que le había dado Wynn.
Keir la tomó y comprendió que al menos debía ser cortes. - Gracias por todo- mencionó a la enfermera y salió de la habitación.

Al regresar a su casa en Bergen, la observó melancólico, evocando en su mente el recuerdo de las personas a las que había perdido; cuando entró y prendió la luz vio en la mesita de la sala la nota que le había dejado su abuelo aquella noche, se acercó, la tomó y la volvió a leer –…Cuídate mucho- terminó de leer en voz alta, sus lágrimas se agolparon en sus ojos, arrugó la nota y la aventó enojado, -Por qué nunca me dijo nada?- en aquel momento aventó su mochila al sillón individual y se recostó en el sillón más grande –Él sabía que podía morir y aun así no me dijo nada- cerró los ojos, tenía ganas de gritar, de… – y ella también sabia- agregó y de momento recordó algo más. –Las kunai... - se levantó y corrió a su cuarto.

Al llegar vio sobre la cama la caja donde generalmente estaban guardadas las kunai, se acercó a ver si encontraba alguna pista, pero no había nada más. Recogió la caja y se sentó desanimado en la cama. No sabía que pensar de Misuho, estaba confundido, pero al menos sabía que en el fondo no podía odiarla y eso de alguna manera le hacía enojar más. Cerró su puño –Sea quien sea, encontraré al culpable -sentenció. En ese momento se levantó decidido y salió del cuarto, atrajo su mochila a su mano y comenzó a empacar algunas cosas, y tras mucho pensar dejó en el sillón el juego de kunai. 

Decidió ir a Inglaterra, tal como le había indicado su abuelo en la nota, no sin antes ir al despacho, donde sacó la agenda de su abuelo y la guardó en su mochila.

En el aeropuerto reviso la agenda, ahí había un señor llamado John Gowd que vivía en Inglaterra, pero no encontró a nadie más ahí... de todos modos siguió con su plan de ir ante la posibilidad de encontrar algo más.

Para su pesar en Inglaterra no encontró a nadie. Aun así siguió en su búsqueda, intentó localizar a las personas que se encontraba anotado el número de teléfono y se dispuso a ir a los lugares donde se encontraba anotada la dirección.

Unos le decían que sólo eran conocidos, que no sabían mucho lo que había pasado; otros mencionaban que sólo tenían negocios con su abuelo y nada más, por lo que después de lamentarle la muerte de su abuelo y prometer que los negocios seguirían en pie, le disculpaban por no poder informar más. Sólo había una relación en todo, las empresas y organizaciones estaban ligadas en cierto modo al ámbito de seguridad o protección de personas y esa era su única pista que tenía.... A la vez meditó con frustración cómo era que hasta ese momento se había enterado de todo eso?... Cuántas cosas más habrá ocultado su abuelo?

Al llegar a la letra “S” de la agenda vio el nombre de Stavros Wynn, sacó la tarjeta que éste le había dado, ahí el teléfono que tenía apuntado era diferente al de la agenda.

Este señor era muy raro y no le agradaba en nada a Keir, pero tal vez sabría informado sobre quien había matado a su abuelo, así que sin meditar más Keir marcó el teléfono.

Quien contesto era un señor mayor –Tardaste en llamar Keir. –dijo de inmediato.

Keir se sorprendió -Como sabe que soy yo?

-Eres al único que le he dado este teléfono. –explicó Wynn con indiferencia.

-Mmmm, usted dijo que conocía a mi abuelo, no? –comenzó Keir.

-Si así es, de hecho éramos amigos muy cercanos.

-Quisiera poder hablar con usted de frente, cuando lo puedo ver?

-Te esperaría en el aeropuerto de Oslo, el próximo miércoles.

-En el aeropuerto? –preguntó Keir con extrañeza.

-Sí, tengo que salir de viaje y pasaré primero a Oslo.

-Ahm, si no puede ahora lo puedo ver en otra fecha en que esté disponible, ya cuando usted tenga tiempo. –comentó el chico.

-Créeme te interesara el lugar a donde voy, puede que te ayude a encontrar el camino que buscas, pero tendrás que venir. Lo dejó a tu decisión.

Keir meditó eso y concluyó.-Muy bien a qué hora lo veo.

-A las doce del día.

-Bien.-dijo y terminó la llamada.

Después de aquello Keir se quedó pensando sobre si lo que había hecho era lo correcto, cada vez le inquietaba más ese señor, mientras pensaba terminó de hojear la agenda, ahí reconoció algunos nombres que hacía mucho había escuchado, entre ellos Thoms, Vine, Woodward, Yule. Al terminar de leer la agenda la guardó en su mochila y tomó el primer vuelo a Bergen, para pasar a su casa, descansar un poco y de ahí ir a Oslo.

Faltaba un día para que el abuelo de Keir cumpliera un mes de muerto, Keir ese día estaba esperando con impaciencia a Wynn en el sitio en el que habían quedado. Traía su mochila y dentro las kunai que había ido a recoger a Bergen, de alguna manera eso le hizo sentir más seguro.

De lejos se observó a Wynn junto con dos guardaespaldas, Keir se esperó, ya que seguía dándole mala espina ese señor. Éste por su parte buscó a Keir entre la gente, cuando uno de los guardaespaldas lo reconoció y le aviso a Wynn, por lo que pronto se acercaron al chico –Que bueno que estés bien- le saludó extendiéndole la mano y Keir correspondió el saludo. –Es bueno que seas tan puntual.- comentó Wynn.

- Sabe que no vengo a socializar, mejor dígame si sabe quién mató a mi abuelo? dijo Keir sin titubeo.

-Trataré de contestarte tus preguntas, pero es momento que nos vallamos. - respondió Wynn.

Keir lo miró dubitativo -a dónde?- preguntó.

-A Austria- contestó Wynn con un dejo de indiferencia y comenzó a caminar. Keir lo siguió aun inquieto. – y espero que no traigas nada que nos pueda causar problemas?- añadió Wynn un poco en tono de burla.

-No realmente, sólo dos armas ninja, sólo eso- contestó Keir, minimizando la importancia de traer armas en un sitio donde los detendrían por eso.

-Valla! Qué bueno que pregunte, Burhan encargarte- dijo Wynn con tranquilidad, después de decir esto uno de los guardaespaldas asintió y se adelantó –Nos iremos en avión privado, sólo se harán algunos papeleos, pero será rápido, así que no te preocupes.- le comentó como si nada.

-Eso no me preocupa, mejor respóndame, por qué mintió a los del hospital, si sabe bien que murieron tres personas donde me encontró? –siguió Keir, tratando de encontrar una respuesta a sus dudas.

A Wynn le causó risa la pregunta -Nada te distrae, verdad?

-Contésteme- insistió Keir tratando de mantenerse a su lado mientras caminaban.

Wynn lo miró de reojo –Te lo dije, sé bien que tu abuelo no hubiera querido que te presionara la policía con esas cosas, por eso lo hice- comentó mientras seguía caminando.

-Y a usted que le interesa lo que pudo a ver querido mi abuelo, que se trae usted entre manos? Y por qué no estaban mis documentos en mi mochila?- al decir esto Keir casi chocó con otra persona que caminaba en dirección contraria, pero alcanzó a retomar el paso.

-Que no estaban a dentro?- preguntó Wynn con desinterés.

-No- aclaró Keir.

-Qué extraño? Se los habrán robado…

Keir lo miró con exasperación -que estupidez- murmuró.

Wynn sonrió al ver a Keir, aunque éste último se percató de aquello. En aquel momento pasaron a una sala continua para tomar el avión y pronto se encontraron dentro del mismo, Keir trató nuevamente de quedarse en tierra con alguna de sus preguntas, pero sin logro alguno por lo que al poco rato el avión emprendió el vuelo.

Keir miró fijamente por la ventanilla, estaba pensativo y resignado. Nunca había ido a Austria y eso de alguna forma lo preocupaba, pero sabía que debía de mantenerse tranquilo; de algún modo lo logró hasta que Wynn se sentó junto. Keir suspiró al mirar a aquel señor y decidió insistir. - Ahora si me puede decir para que me quiere llevar a Austria? –preguntó.

Wynn no le dio importancia -Ah, sí claro, ahí soy parte se una organización dedicada a la investigación.

-Y eso que tiene que ver conmigo o mi abuelo?- pregunto Keir confundido.

-Nada- dijo Wynn en tono cortante.

-Entonces para que me lleva ahí? - preguntó Keir, empezaba a alzar la voz. -sólo me está haciendo perder mi tiempo - reclamó.

Cálmate, te traje por qué buscas quien mato a tu abuelo no es así?

-Sí y…

-Tengo la teoría de quien pudo hacerlo.- le respondió Wynn y desvió la mirada hacia otro lado.

-La teoría?- preguntó Keir sin entender.

-Sí, tu abuelo y yo al principio trabajábamos juntos y de nuestro trabajo ocasionó que muchos nos detestaran, después tu abuelo se salió de donde estábamos.- explicó Wynn sin profundizar realmente mucho en lo que decía.

- Y a que se dedicaban cuando trabajaban juntos?- preguntó Keir tratando de entender.

-Eso no te lo diré.-

Keir se molestó -Porque?- preguntó indignado.

-Yo también tengo enemigos como para estar divulgando lo que hago o hacía, no lo crees?-

Enojado ante la respuesta Keir volteó a ver por la ventanilla, cada vez detestaba más a aquel sujeto y se arrepentía de haberlo seguido; además no podía ignorar que por alguna extraña razón se sentía débil. Trató de calmarse, recordó a Misuho pero sintió hacia ella un enojo incontrolable, no lo comprendía, por qué ese sentimiento se presentaba ahora y con esa intensidad? Miró el dije de su pulsera, el cual brillo levemente por el reflejo de la luz, algo que le fue tranquilizando. Wynn lo miró con interés

–Y esa pequeña piedra? Es muy peculiar- comentó.

-Fue un regalo- contestó Keir con un dejo de molestia.

-De quién?

-De mi abuelo- Keir mintió, decisión desviar el tema. –Y tan siquiera me va a decir para me trajo, si no va a decirme nada de lo que hacía usted y mi abuelo cuando trabajaban juntos?

-Sólo quiero ayudarte a encontrar al culpable.

-Ah sí? y por qué? Usted que gana?

-Tu abuelo era un gran amigo, por eso- dijo Wynn, con sus típicas respuestas cortantes.

Keir trató de estar calmado. -Y cómo es que piensa ayudarme?

-Enseñándote a pelear.

Keir se extrañó con esa respuesta… -Yo ya sé pelear, gracias.- dijo con seguridad.

-Ah sí?- Wynn lo miró con diversión -Quiero que me lo demuestres cuando lleguemos.

-Y si no lo hago?

-Bueno, entonces no te ayudare.

-Me parece, entonces me regresare a Noruega en cuando lleguemos.- dijo Keir molesto y volteó otra vez a la ventanilla.

Wynn lo miró con tranquilidad. –Pero antes quiero que entiendas que si me sigues conocerás más sobre lo que hacia tu abuelo, incluso es probable que sepas quien lo mato y para eso necesitas de mi ayuda.

Keir no contestó de inmediato, no podía decir que no, quería saber más, quería saber la razón del por qué mataron a su abuelo; pero a la vez no quería quedarse más tiempo del necesario con aquel hombre. Decidió guardar silencio en lo que arribaban al destino que tenían.

Finalmente llegaron a Austria, indicio de eso era que los Alpes se observaban a lo lejos si se miraba por las ventanillas. Keir no rompió el silencio, y en parte era porque le servía para quitarse la sensación del enojo, la cual no sabía de dónde provenía. Esa sensación llegaba de repente, principalmente cuando se sentía confundido y cuando se dejaba llevar por esa sensación, ésta lo consumía por dentro.

Una vez que bajaron del avión llevaron a Keir a una casa grande, ahí le dijeron que debía esperar a Wynn y descansar. Pero Keir no quería hacer eso, de tal manera que se escapó de la casa, pese a que lo vigilaban en todo lo que hacía.

Una vez afuera, Keir se distrajo, compró una rebanada pastel de vainilla y se la comió.

Fue tarde para cuando regresó a la casa, pero aquella salida le sirvió, se sentía mejor. Al entrar a la casa le avisaron que Wynn lo esperaba en su despacho y que debía de ir a hablar con él. Pero Keir no fue y pasó directo a su cuarto, se sentía cansado como para discutir otra vez y sentir ese enojo que había percibido durante el viaje.

Una vez dormido, Keir soñó a un viejo conocido, un tigre blanco, el cual siempre se encontraba viviendo en lo que parecía un bosque nevado, ese sueño era casi siempre similar desde que era un niño de ocho años…. Ahí veía todo desde primera persona, como si todo fuese real.

Llevo rato caminando al lado del Kohaku, por un sendero bastante largo, mi mirada se distrae en el pelaje blanco de mi compañero de viaje, y luego mi atención se centra en otros elementos.

Esta vez no había viento que perturbara el sitio y solo los ruidos de nuestras pisadas en la nieve lograban sobresalir de la tranquilidad del lugar; por otro lado tampoco había mucha luz, la luna que era la única que alumbraba el cielo, se encontraba menguando y ya casi desaparecía; asimismo, en el sendero se notaba que los árboles se hacían más cada vez más tupidos. De alguna manera todas estas características atenuaban la sensación de soledad… Busqué con la mirada algo o alguien más que mi compañero felino, pero como siempre parecía que nadie más vivía en este lugar.

Caminamos bastante y sin embargo pareciera que no llegamos a algún lugar, o que siquiera nos hubiéramos movido; sólo una cosa sabia, no me tenía que separar de Kohaku si no era seguro que me perdería entre los caminos que se bifurcaban frente a nosotros…

Keir despertó, tocaban a la puerta, de alguna manera no estaba acostumbrado a eso…

-Quien?- preguntó semidormido.

Detrás de la puerta la voz de Wynn se escuchó –Puedo hablar contigo?-

Keir se talló los ojos y bostezó -No se puede mañana?- preguntó con desgana.

-No, no se puede

Keir suspiró y se levantó de la cama, abrió la puerta, y miró a Wynn, se talló la cara para despertar un poco mejor. –Que es lo que quiere?

-Indicarte que prepare para mañana una sesión de entrenamiento para mirar como peleas.-le informó el hombre, parecía mucho más serio que de costumbre.

-Y para eso me despertó? sabe que yo nunca acepte a eso.- se quejó Keir ya fastidiado con la insistencia del tema.

-Lo sé, pero necesito que entiendas, yo no quiero que mueras mientras buscas a tu abuelo y para eso necesitó estar tranquilo, saber que te defiendes e incluso si se puede, enseñarte más cosas.

Keir lo miró con frialdad. -No se preocupe, me sé defender, no lo necesito a usted- bostezó con descaro, cerró la puerta sin miramientos y regreso a acostarse.-*Que le pasa?*- Keir pensó antes de volver a quedarse dormido.

Al otro día, el tema siguió, algo que no animó al chico; le mencionaron que debía de hablar con Wynn, ya que aparentemente él había encontrado una pista sobre el asesino de su abuelo. De alguna manera Keir analizó aquello, sintió leve desconfianza, empero a ello su juicio se nubló y decidió ir.

Keir se dirigió al despacho donde Wynnn lo esperaría, una vez frente a la puerta tocó a la puerta y al momento que le permitieron entrar, lo hizo. Aquel sitio era un poco pequeño a primera instancia, debido a los libreros que se encontraban en el sitio. Pronto su mirada se centró en el escritorio, el cual se encontraba frente a la ventana por la cual entraban los rayos de luz del sol; entre la ventana y el escritorio se encontraba Wynn sentado, dándole la espalda a Keir. Comenzó a hablar.

-He descubierto a la persona que aviso donde estaban tú y tu abuelo.- mencionó pero sin voltear.

-Y dónde está?- preguntó Keir con cierto recelo.

-No te lo diré tan fácil.

-A caso sólo está jugando conmigo!!!- gritó Keir enfurecido, estaba harto de tanta tontería.
Wynn giró en su asiento con calma, una vez que tuvo de frente a Keir continuó hablando.

No pienso decirte algo tan delicado, no sí sé que morirás en cualquier momento o acaso quieres eso?- preguntó, de algún modo notó preocupación.

Keir lo miró con exasperación. –No me interesa lo que usted quiera o piense, que no lo ha entendido- explicó enojado.

-Ah no? Valla, que decepción, en verdad creí que eras más inteligente- mencionó, se levantó y justo en ese momento sacó una pistola, la apuntó contra Keir, el cual se puso al instante a la defensiva; Wynn se le mostraba seguro, era un hecho que no dudaría en atacar. –Sabes bien que no tienes mucho espacio para moverte para poder evitar cualquier disparo, y aun cuando así lo hicieras te daría en el siguiente disparo, qué harás?- preguntó, el tono de su voz era amenazante.

-Nada- contestó Keir con frialdad, sin ningún miramiento le dio la espalda a Wynn y caminó en dirección a la puerta; no obstante se detuvo ya que al llegar a la puerta, justo cuando ya la iba a abrir se escuchó el sonido de cuando se retira el seguro una pistola.

Keir comprendió que no podría salir de aquel sitio sin plantear alguna forma de defenderse, suspiró con enojo y volteó; justo en ese momento Wynn disparó, pero la bala, pese a su gran velocidad, se detuvo frente a Keir y cayó inerte. El chico se mostró furioso.

 -YA VIO LO QUE QUERÍA, NO?- le gritó a Wynn y antes de verse en un peligro mayor salió del despacho azotando la puerta, una vez ahí, decidió dirigirse a su cuarto, ahí recogió su mochila y finalmente con rapidez se encaminó hacia la salida. Pensó que le sería más complicado retirarse, pero no fue así, nadie lo esperaba o lo atacó, al menos hasta que salió de la casa.

Ahí Wynn lo esperaba, se le veía bastante tranquilo.

-Y ahora que quiere?– preguntó Keir al verlo, aunque avanzó un par de paso.

-Sólo decirte que con razón tu abuelo te protegía tanto- comentó Wynn.

A Keir le dio risa el comentario –Si se refiere a lo que acaba de ver, él ni siquiera sabía que soy telequinetico.

Wynn negó, aparentemente divertido -No lo digo por eso, sino por tu carácter.

-Mire… ya no me interesa nada sobre usted, entiéndalo ya.- al decir esto Keir cruzó al lado de Wynn. Su interlocutor le siguió con la mirada, aun se le veía sereno para cuando volvió a hablar.

-La persona que dio aviso sobre la localización de tu abuelo y tú, se había encontrado previamente en Suecia con Tavish. –comentó sin mucha importancia.

Keir se detuvo… dudo pero al final volteó a ver a Wynn –Usted de donde conoce a Tavish? –preguntó. Su interlocutor sonrió satisfecho.

-Por lógica investigue sobre los cuerpos de las personas que habías matado y encontré información sobre él, por eso- explicó mientras caminaba en dirección a Keir, el cual meditó su siguiente pregunta.

-Y que sabe sobre aquel hombre que se encontró con Tavish?

Wynn se detuvo frente a Keir -Según veo vivía en Noruega, y solía usar muchos sobrenombres, por lo que tengo que seguir investigando para confirmarlo.

-Él vivía en Noruega?- murmuró Keir pensativo, miró hacia el suelo.

-Ahora comprendes porque me preocupa que te maten- añadió Wynn.

Keir salió de sus pensamiento, alzó la cara sonrió ligeramente. –Bueno ya vio que no tiene por qué preocuparse.- comentó con seguridad.

-Donde aprendiste a controlar así la telequinesis- preguntó Wynn con interés.

-Sólo lo hice y punto- contestó Keir sin ahondar más, no iba a hablar sobre eso y menos a un sujeto como Wynn. No obstante debía de reconocer que sus habilidades iban cambiando para mejor, ya que antes de lo que había pasado en el incidente, no podía detener o mover algo, sin el movimiento de sus manos.

Wynn le sonrió.

-Quisieras trabajar para mí?- comentó. Aunque no se inmutó cuando miró que Keir correspondía con una sonrisa irónica,

-No lo creo- le mencionó.

-No sería como un empleado, ni un guardaespaldas. Sé de buena fuente que eres buen hacker, así que solo requiero que enteres en la base de datos de algunas empresas a las que yo te indique entrar; estoy seguro que ambos saldremos beneficiados, yo podre estar al tanto de cualquier cambio que se presente, y tú podrás conocer más del ambiente en el que yo y tu abuelo nos hemos desenvuelto; por lo que incluso podrías tener más pistas que nos permitan dar con el culpable que mató a tu abuelo.

Keir lo miró un instante, analizando aquello.

-No pienso quedarme aquí, regresaré a Noruega- mencionó sin emitir ninguna afirmación o negación.

-No lo tienes que hacer, puedes trabajar en donde gustes.

-Y pretende que sólo investigue? -Preguntó Keir para conocer un poco más de los propósitos de Wynn.

-Claro que no, también una vez que te infiltres deberás mandarme los archivos de importancia que encuentres.-explicó Wynn como si aquello fuera natural.

-Eso es ilegal, no lo cree?

-Si pero lo que hacen estas personas tampoco es algo bueno.

-Y usted si?

-Nunca he dicho que yo sea alguien bueno, pero de algún modo así pagaran los que hacen cosas malas- comentó Wynn, como si le hablara a un niño.

Keir se rio –No soy tonto como para caer en esas patrañas… en verdad no creo que mi abuelo allá durado mucho trabajando con usted.

-En eso tienes razón.

-Entonces que le hace creer que lo ayudare?

 -El hecho de que te puedo ayudar a atrapar al culpable de la muerte de tu abuelo, que podrás conocer mucho de lo que se dedicaba John y además estabilidad económica.

-No me preocupa el dinero, pero lo ayudare con las condiciones que dijo. Me voy, me mantendré en contacto- después de decir eso Keir siguió su camino sin esperar más respuesta de Wynn, era momento de regresar al menos a Noruega.